En China, ya hay más de 80 millones de bicicletas en las calles, la gente prefiere andar en bicicleta en vez de conducir un coche, principalmente debido a las ventajas económicas y ambientales de la bicicleta. China es la segunda economía más grande del mundo y si todas esas personas de su país pueden adoptar las bicicletas eléctricas como su forma diaria de transporte, el resto del mundo también puede y debería hacerlo.
La mayoría de nosotros no trabajamos más de 20 kilómetros de distancia de nuestra casa y la mayoría de las baterías de las bicicletas superan los 20 km por carga y son capaces de desplazarse a más de 30 kilómetros por hora, dependiendo de la potencia del motor. Si usásemos las bicicletas eléctricas en lugar de los costosos coches estaremos ejercitando el organismo, mejorando la salud, ahorrando el dinero y no generaremos emisiones con nuestros desplazamientos, haciendo de nuestro entorno un lugar mejor a la vez que obtenemos beneficios personales directos.
La mayoría de los conductores abusan del uso de sus automóviles y motocicletas y no pasan un día sin pilotar sus caros y anti medioambientales vehículos, tenemos la solución las bicicletas eléctricas ya sea para Ir a casa de un amigo, a la tienda, al parque, a hacer cualquier recado pequeño, desplazamientos de menos de 5 km que no recorremos a pie por no “perder tiempo” o pura vagancia. Montar en bicicleta eléctrica es mucho más eficiente, ágil, limpio y satisfactorio, que cualquier otro vehículo motorizado, en muy poco tiempo ya habremos amortizado la compra, ahorrando gasolina y ganando condición física. Trata de explayar sobre un papel tus desplazamientos habituales en coche, el dinero que gastas en cada uno (sin contar seguros, reparaciones y mantenimientos, tasas…), y por otra parte analiza cómo serían estos desplazamientos en bicicleta eléctrica. Ten en cuenta que cargar completamente una batería estándar de bicicleta eléctrica, a día de hoy, cuesta tan sólo 0,06€
Esta claro que es necesario de un cambio de mentalidad o que termine por desorbitarse el precio del petroleo, para que nos veamos obligados a un cambio de hábitos que termine con el circulo que rodea el oro líquido, como lo hacen llamar siendo un emporio que nos obliga a consumir como único forma de transporte privado, sin fomentar los vehículos con combustibles alternativos y ecológicos
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